El 9 de mayo de 1929 fue inagurada la Exposición Iberoamericana de Sevilla, fue la primera exposición realizada para afianzar las relaciones entre los países de la Península Ibérica y América. Se clausuró un año después, el 21 de junio de 1930. Este evento supuso un gran desarrollo urbanístico para la ciudad y permitió dar a conocerla al exterior para fomentar el turismo.
La Plaza España fue el edificio principal de la exposición y actualmente es la principal atracción turística de esta zona que se le conoce como «La Sevilla del 29» o barrio de Maria Luisa por el parque que ocupa la mayor parte de los terrenos dedicados a la exposición.
Mi recomendación es empezar el paseo en la plaza de la Puerta de Jerez, que es el acceso natural al casco histórico de la ciudad y a este punto llegan varios autobuses, el tranvía y el metro. La mayor parte de este área es peatonal y tiene una pequeña zona ajardinada llamada los Jardines de Cristina, donde podéis ver como curiosidades la escultura de la Duquesa de Alba y poesías escritas en piedra pertenecientes a escritores de la generación del 27.
Al lado de estos jardines está el gran Palacio de San Telmo que sólo es visitable con citas concertadas porque alberga la Presidencia de la Junta de Andalucía, el lujoso hotel Alfonso XVII que fue construido con motivo de la exposición y más adelante pasaréis por la antigua Real Fábrica de Tabacos que actualmente es usada por la Universidad de Sevilla y se puede recorrer por libre en horarios lectivos.



Desde aquí hasta la Plaza de España y el parque Maria Luisa no hay más de 10 minutos caminando pero hay otra alternativa más cómoda, menos económica y más tradicional: un paseo en carruaje de caballos. En la zona del centro histórico, alrededor de La Catedral, podéis contratar un recorrido que pasaría por estos edificios, por las principales avenidas de la exposición del 29 para ver los pabellones de los distintos paises y por el parque Maria Luisa hasta llegar a la Plaza España donde podríais bajar o bien continuar para terminar en el mismo punto de salida.
Parque Maria Luisa
Es el parque más famoso de Sevilla y uno de sus principales pulmones verdes. Se inaguró al público en abril de 1914 y fue declarado Bien de Interés Cultural como parte del patrimonio histórico español en 2004. Estos terrenos fueron donados por la infanta María Luisa Fernanda de Borbón y formaban parte del Palacio de San Telmo.
La sombra de su gran arboleda lo convierten en un refugio perfecto para pasear y evitar el sofocante calor de los meses de verano. Sus cuidados jardines, fuentes y pequeños estanques hacen de éste un lugar muy bello. Las glorietas de Maria Luisa y del escritor Adolfo Becquer son dos de sus puntos más emblemáticos.
Al final del parque encontraréis la plaza de América en la que se ubica el Pabellón Mudéjar que alberga el museo de Artes y Costumbres Populares, el Museo Arqueológico y el Pabellón Real que de momento no está abierto al público.
Una buena idea para recorrerlo de manera divertida y rápida es alquilar bicicletas individuales o colectivas en un puesto ubicado en la avenida Rodriguez Caso, la que empieza justo delante de la Plaza España.
Plaza de España
La Plaza de España de Sevilla constituye uno de los espacios más espectaculares de la ciudad. Se construyó como edificio principal de la Exposición Iberoamericana de 1929 y en los bancos exteriores de esta gran obra arquitectónica aparecen representadas todas las provincias de España con bonitos azulejos, siendo muy habitual que los turistas nacionales se fotografíen en ellos.
La gran fuente situada en el centro puede resultar refrescante y el canal de agua que circunda la plaza también puede ofreceros un rato de diversión porque hay un puesto de alquiler de barcas para navegarlo. Los 4 puentes que cruzan el canal simbolizan los 4 antiguos reinos de España.
Dónde comer
Aunque existen algunos quioscos en el parque para comprar bebidas y aperitivos y el restaurante La Raza a la entrada del mismo, os recomiendo volver hacia la zona del centro histórico para comer. En la calle San Fernando hay una variada oferta de restaurantes aunque son bastantes turísticos por su localización. Yo me arriesgué con el restaurante Oriza (San Fernando 41) y acabé satisfecho con la calidad de las tapas aunque eran poco abundantes, con una presentación muy elaborada.
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