La iglesia de Santa María la Blanca es uno de esos lugares en los que, si te fijas, puedes encontrar pedacitos de diferentes épocas históricas del barrio de Santa Cruz.
El nombre real de esta iglesia es Santa María de las Nieves, aunque también se la conoce como el templo de las tres religiones, ya que es el único en Sevilla que conserva restos de la historia musulmán, judía y cristiana de la ciudad.
En el siglo XI se construyó una mezquita en el lugar donde ahora se encuentra Santa María la Blanca, y aún puedes ver el patio de abluciones y su portada principal en un lateral de la iglesia.
>Tras la Reconquista se entregó la mezquita a la comunidad judía sevillana, que la remodeló y la utilizó como sinagoga hasta la revuelta antijudía de la ciudad en 1391. De aquella época conserva la fachada principal, con su portada gótica.
Luego comenzó su etapa como iglesia católica, y en el siglo XVII se le dio ya la forma que ahora tiene al construir una nueva fachada, la capilla, nuevas bóvedas y la nave central.
Santa María la Blanca: en la cumbre del Barroco
El interior de la iglesia es de los que no deja indiferente. Yeserías con motivos geométricos, vegetales, religiosos y hasta con una reproducción de la Giralda, además de sus muchos azulejos, retablos y pinturas, han convertido esta iglesia en la obra cumbre del Barroco.
No te pierdas el lienzo de la Última Cena, de Murillo, que fue antiguo vecino del barrio y lo pintó expresamente para Santa María la Blanca.
Si te interesa conocer su historia más a fondo, la iglesia organiza visitas culturales de lunes a jueves en horario de mañana y de tarde durante todo el año, y solo por la mañana en julio y agosto.
Qué hacer tras visitar Santa María la Blanca
Siguiendo la misma calle de Santa María la Blanca puedes visitar de forma gratuita el Palacio de Altamira, una interesante construcción de estilo mudéjar del siglo XIV que ofrece visitas guiadas los martes y jueves no festivos (con reserva, eso sí).
Sin dejar tampoco la calle encontrarás restaurantes para todos los gustos, desde un italiano a un japonés, pero ya que estás en Sevilla, ¿por qué no aprovechar para disfrutar de una buena comida sevillana?
El 3 de Oro, en la antigua Puerta de la Carne (la única puerta de la judería por la que entraba la carne desde el matadero) es una muy buena opción para conocer la cultura y la cocina típicas. Y si prefieres un lugar con terraza exterior, en el bar restaurante Altara puedes darte un homenaje con unos deliciosos platos con productos de la tierra.